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En muchas ocasiones escucho o tenemos la creencia de que pasar por un proceso de asesoramiento de imagen o recibir asesorías de imagen en casos puntuales es para personas con altos ingresos o una agenda social muy activa que requieren de estos servicios de una forma muy continuada.
La realidad es algo distinta. La asesoría de imagen es una herramienta de ayuda para las personas que están en el proceso de redescubrimiento, y sienten que necesitan un cambio para conectar con la persona que son actualmente y en un segundo plano, y que es algo que paralelamente ocurre, proyectarlo al exterior en todos los sentidos.
Hay algo muy cierto. Queramos o no, comunicamos con la imagen, y ese primer vistazo a los ojos de otra persona es lo que permite que se genere un primer juicio, acertado o desacertado en muchas ocasiones sobre nuestra forma de ser, nuestro oficio e incluso posibles hábitos.
Igualmente esa imagen es con la que convivimos en nuestro día a día y es la parte de un puzzle muy complejo que está conectado con nuestras emociones, ya que a todos nos gusta agradarnos y vernos bien y agradar.

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Ahora que te he puesto un poco en contexto, quiero contarte que con un proceso de asesoramiento de imagen, no sólo vas a aprender qué prendas te sientan bien, qué tonos hacen que todo en ti se ilumine, cuál es tu estilo o a tener un armario eficiente entre otras cosas, sino que abarca todas esas preocupaciones en torno a tu físico, a como quieres verte o a qué quieres proyectar, y te ayudará a sentirte coherente con la persona que actualmente eres, para que esos sentimientos encontrados se reflejen en ti y en todas tus actividades o compromisos diarios.
La pelota está en tu tejado, ¿sientes que el proceso de asesoría es para ti? ¿estarías dispuesta a adquirir nuevos conocimientos que te faciliten el proceso de reconciliarte con tu imagen?
Gracias por leerme un día más y ¡pregunta lo que necesites! , te leo en comentarios.
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